Referencia: Rodriguez, A. (2006). Aspectos Eticos del Uso de Internet
Comentario
Definitivamente el poder de Internet es innegable, el aporte para la sociedad es significativo, el hecho de ser un medio instantáneo, exhaustivo y de acceso universal, lo ha convertido en una herramienta imprescindible para los individuos habidos de información e interacción que aprecian y valoran la innovación y la velocidad de respuesta con calidad y utilidad de contenido. En nuestra sociedad el conocimiento se ha convertido en un valor. La comunicación es para el ser humano la fuente máxima para transmitir conocimiento, por tal razón es importante recuperar y fortalecer el espacio de la comunicación, particularmente en los medios electrónicos que desempeñan un papel fundamental en la formación o la deformación del carácter, en la transmisión de valores o disvalores que atentan contra la cohesión intima de cada persona, y más aun contra la cohesión social.
Internet es la herramienta que posibilita el acceso a fuentes que en el pasado seria imposible tener, esas que pueden ser muy provechosas o perjudiciales dependiendo del cristal con que se miren. Esas que continuamente bombardean nuestra pantalla, que están solamente separadas por un click, que insisten buscando que el usuario sucumba ante ellas, esas que también le aparecen a nuestros hijos y que quizás ellos no ignoran. Después de reflexionar sobre eso viene a mi mente una pregunta ¿Cómo hacer para formar al individuo con ética; que se responsabilice de sus acciones, (que no es otra cosa que crear conciencia), que posea principios orientadores para la reflexión (valores), que pueda tomar decisiones prudentes en el momento adecuado?
Quizás la respuesta siempre ha estado ahí, no basta saber que la ética es importante, lo relevante es ponerla en práctica o dar testimonio ético. La ética es uno de esos temas que, a fuerza de usarlo mucho llega a desgastarse, pero nunca se usa suficiente para impregnar todo el entorno que nos rodea. Aunque las sociedades cambien, y se transforman continuamente (y en la actualidad, con mayor rapidez), sus miembros tienen que afrontar con claridad esos cambios, necesitan una visión consistente de hombre, un conocimiento sólido de sus raíces culturales y una percepción clara de las tendencias características que se van afirmando en la sociedad
Para nadie es un secreto el interés del hombre por regular, por establecer normas y códigos que delimiten el quehacer colectivo, por imponer prescripciones y prohibiciones derivadas de las acciones concretas de las sociedades, que posteriormente serán tomadas en cuenta para definir su moral, convirtiéndolas en normas de comportamiento. Estas normas que algunos quisieran extrapolar hacia el medio masivo de interacción “Internet” parece una tarea muy compleja. Como sabemos, allí confluyen tal diversidad de posturas que se hace casi imposible el tratar de homogeneizar los criterios, solamente se podrá hacer un buen uso de la herramienta tecnológica en la medida en que todos los actores estén concientes del rol que desempeñan.
Considero que la familia debe asumir un rol protagónico y más activo en la concientización de los usuarios, ya que la familia es la primera escuela de valores, es el espacio privilegiado para formar conciencia, a través de la moral objetiva; los integrantes deben afianzar su compromiso hacia el manejo de la libertad responsable, que comienza con la ética individual. Una realidad así, cada vez más exigente, globalizada y diferenciada a la vez, requiere un modelo de ciudadano abierto, participativo, crítico, tolerante y solidario. Esto supone un gran desafío, en particular para la familia y la escuela, obligadas, por tal motivo a actuar conjuntamente, por que a través de la formación de nuevos miembros de la sociedad lograremos afianzar los valores y avanzar hacia un mejor futuro.